INTERNACIONAL


El pasmo provocado este año por la magnitud imprevista de la demanda de petróleo en China y la subida desenfrenada de los precios del crudo hacen temer una metamorfosis del mercado energético mundial. 

"¿Quién se acuerda de que a principios de 1999 el barril costaba 10 dólares? ¡En cinco años hemos cambiado de mundo! En aquel momento, la OPEP aumentó sus cuotas con fondo de crisis asiática (y provocó su hundimiento, ndlr). Desde entonces, asistimos a una especie de arrebato", subrayaba recientemente el presidente de Total, Thierry Desmarest. 

Guerra en Irak, desórdenes en diversos países productores, huracanes, penuria de capacidades de refinamiento, reservas insuficientes, falta de inversiones: todos estos elementos influyeron de manera significativa en el despegue de los precios hasta niveles record de 55,67 dólares en Nueva York y 51,94 dólares en Londres, los últimos días de octubre. Una subida de un 60% en un año. 

Corregida la inflación, los precios siguen siendo más bajos que los precedentes choques petroleros, pero dejan huella en la salud de la economía mundial. 

Para los expertos del mercado, los factores más significativos son la aparición de China y el corto margen de maniobra de los países productores. 

Actualmente se estima que la industria petrolera mundial produce a más del 99% de su capacidad máxima.