PERÚ


El cobre se consolidó como el metal bandera de Perú y se proyecta a colocarlo como cuarto productor mundial y segundo en América Latina, en un contexto donde la minería se convirtió en la locomotora de la economía del país.

El crecimiento en más del 20% del cobre en los primeros siete meses del año respecto al 2003 con volúmenes de producción equivalentes a 583,522 toneladas contribuyó a colocar al cobre en el sitial de metal de referencia del Perú. 

También incidió la concesión otorgada el 31 de agosto a la compañía suiza Xstrata para explorar el yacimiento Las Bambas, el mayor prospecto cuprífero del país con un potencial de reservas superior a 500 millones de toneladas. 

Xstrata explorará durante tres años el yacimiento y luego podrá explotarlo a condición de invertir al menos $1,000 millones. 

Si se confirman las estimaciones de Las Bambas al iniciarse en octubre las labores de exploración, Perú podría saltar a la cuarta plaza mundial y al segundo lugar en América Latina como productor de cobre. 

La magnitud del yacimiento confirmará las expectativas peruanas que, de ser cierta, podría incidir en un crecimiento de 1% del PIB según la privada Sociedad de Minería y Petróleo. 

Perú es actualmente el quinto productor mundial de cobre. Su producción bordea las 700,000 toneladas anuales. 

En medios oficiales se cree que con Las Bambas, la producción peruana podría superar el millón de toneladas, nivel inferior a Chile, líder en América Latina con un volumen de producción de 3.5 millones de toneladas del metal. La minería se ha convertido en el motor de la economía, empujada por el alza del precio de los metales en los mercados internacionales. 

Perú incluye en su palmarés minero ser el segundo productor mundial de plata, estaño y bismuto, y tercero en zinc y telurio. 

En plomo ocupa el cuarto lugar y en oro se coloca en octavo lugar a nivel mundial. 

El 'boom' minero disparó el empleo en minería, que creció en 20% entre el 2000 y el 2004. La cifra de mujeres aumentó en 39% en ese período, y la de hombres en 19%. 

El interés no es sólo laboral sino académico: en los últimos ocho años el número de nuevos estudiantes en facultades de ingeniería minera creció 30% y en 65% entre las mujeres universitarias. 

El despegue de la minería se remonta a las privatizaciones en la década de 1990.