PERÚ


El Ministro de Energía y Minas se refirió a recientes conflictos mineros, indicando que, esencialmente, hay un problema de falta de información, así como otro de no desarrollar metodologías que prevean la posibilidad de estos conflictos, dado que a veces la minería llega a zonas donde nunca ha existido y se le exagera a la gente sobre sus impactos.

Es de esta manera que se produce una reacción que no coincide con la posibilidad de que pueda suceder un impacto negativo porque, por lo general, una actividad de este tipo genera un período de exploración bastante prolongado antes de que se tome la decisión de entrar o no a la etapa de explotación, explicó. 

Lo que se hace en el período de exploración - prosiguió - es una serie de perforaciones en las que se extraen muestras para pruebas geológicas, las mismas que llevan a tomar la decisión de explotar o no un yacimiento, para recién iniciar los trámites de autorización de explotación, uno de cuyos requisitos es la presentación de un Estudio de Impacto Ambiental. 

Comentó que, en el caso de minas complejas, como Alto Chicama, este proceso dura hasta dos años y puede llevar al inversionista a desistir de su propósito de explotar una mina. 

Dejó en claro que los impactos negativos sobre el medio ambiente están referidos fundamentalmente a la experiencia que ha tenido el país hasta el año 1993 en que se dio el Código del Medio Ambiente, puesto que la minería moderna es muy diferente y que lo que realmente sucede es que quedan aún restos de la minería del pasado. 

El Ministro recordó, a propósito de este tema, que el Gobierno ha dado al respecto normas específicas a través del decreto que norma la responsabilidad social de las empresas y establece exactamente cuáles son sus obligaciones e incorpora una visión moderna de cómo llevar la minería Planteamos una gestión ambiental responsable, que se dé preferencia a la mano de obra local, que se respeten las costumbres y, sobretodo, que haya transparencia respecto de cuáles pueden ser los probables impactos de la actividad minera, comentó. 

Que la población sepa que toda actividad genera automáticamente impactos, unos positivos y otros menos positivos, así como otros negativos y que tienen que ser compensados económicamente, dijo para señalar que eso debe ser manejado con transparencia. 

La gente no debe sorprenderse y las empresas deben tener la obligación de hacer informes periódicos del avance de su gestión, manifestó también subrayando en que la población debe saber en qué medida se van consiguiendo las metas planteadas. 

También -indicó- planteamos un esquema ordenado de cierre de minas. Al momento de cerrar, la mina debe dejar un aporte significativo a la comunidad, concluyó. 

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