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EL FUTURO DE LAS REGALIAS MINERAS
Revisado de "
Minería
y Petróleo,
19/02/2004 "
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PERÚ
En la Comisión de Energía y Minas del Congreso se encuentra un dictamen que pretende establecer las "regalías mineras" como una contraprestación del sector privado al Estado por la explotación de los yacimientos minerales. Este proyecto propone, en síntesis, que se cree una regalía de 3% sobre las ventas brutas de los minerales, cuya distribución preferente a las regiones pretendería disfrazar de justiciera esta medida.
Si bien esta propuesta legislativa ha merecido la opinión contraria del ministro del sector, y hasta donde tenemos entendido cuenta con la desaprobación del presidente Toledo, lo cierto es que mientras esta propuesta legislativa no sea discutida y descartada, existirá una amenaza para los proyectos mineros presentes y futuros en el país.
Ni bien esta propuesta legislativa fue conocida, inversionistas de varias nacionalidades se preocuparon por los alcances y perjuicios de la misma en sus proyectos mineros.
El Estado y las regiones se benefician cada vez que se pone en marcha un nuevo proyecto minero, no solo por el Impuesto a la Renta que esta industria paga (buena parte redistribuidos a las regiones y localidades por el canon minero), sino además por el efecto de encadenamiento que lleva a generar nuevas demandas en insumos y servicios.
Este es el secreto del desarrollo del país con la minería. Quienes sostienen esta equivocada propuesta legislativa afirman tener el respaldo de un estudio encargado por el BID al profesor James Otto. Sin embargo, el propio profesor Otto, en una reciente visita al Perú, desmintió públicamente tales afirmaciones, pues este consideraba la posibilidad de establecer regalías pero en un contexto tributario mucho mayor, que ni remotamente podemos soñar, como el de tener un arancel 0 para la importación de insumos y equipos, entre otros.
Sacar de contexto su paquete tributario y extraer de este solo una parte es falsear claramente su estudio, por lo que manifestó estar en contra de imponer una regalía minera en los términos planteados en el Congreso. Mientras el proyecto no sea definitivamente descartado en el Congreso, estamos perdiendo una vez más oportunidades de inversión, pues ante proyectos equivalentes, la inversión se dirigirá a los países que le ofrezcan mayor seguridad y una rentabilidad adecuada.
Algunos congresistas confunden este proyecto con la solución de los problemas de las localidades pobres en donde se encuentren los yacimientos mineros. Nada más equivocado, pues el instrumento llamado a beneficiar a las poblaciones cercanas a las minas exitosas es el canon minero, el cual puede perfeccionarse para asegurarse que los impuestos generados por la explotación de las minas satisfagan las necesidades más urgentes de estos pueblos, cuya expectativa de progreso despierta ante la presencia de una empresa que puede poner en marcha una mina en la zona.
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